Hablar de cura ya esta en el objetivo de muchos investigadores. Y lo avala un caso presentado en la última CROI (Conferencia de Retrovirus e Infecciones Oportunistas) en Boston.
El equipo del doctor Joachim Hauber del Instituto Heinrich Pette de Virología e Inmunología Experimental de Hamburgo, realizó el pasado año un transplante de células madre a un ciudadano estadounidense, afincado en Alemania con leucemia aguda mieloide (LAM), que a su vez vivía con VIH desde 1995 y había empezado TARGA (Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad) en 2002. Un mes antes del diagnóstico de LAM, su recuento de CD4 era de 35 células/mm3, y CD8 586 cel/mm3, y un CD4/CD8 ratio de 0,06 (lo normal es CD4/CD8 ratio superior a 1.)
Las células madre embrionarias (hematopoyéticas y neuronales) se aislaron de un feto abortado homocigótico al correceptor CCR5-Δ32.
Hay que explicar que el VIH utiliza para entrar en las células el receptor CD4 (de ahí el nombre del linfocito) y otro correceptor, habitualmente el CCR5, aunque también puede utilizar el CXR4 o el CCR2.
Igualmente hay que decir que aproximadamente el 1% de la raza caucásica (blancos europeos) tiene una mutación (defecto) en el gen que codifica el CCR5 y carecen del mismo. Heredamos de cada uno de nuestros progenitores (padres) ese gen.
El día que recibió las células madre, se le retiro el tratamiento anti VIH y a 6 semanas después del tratamiento el recuento de CD4 fue 410, y su CD8 era 512, lo que arroja un ratio CD4/CD8 de 0,8.
Realizadas las pruebas pertinentes, a día de hoy, no tienen ARN del VIH en sangre, ni ADN proviral.
“Conseguimos eliminar el virus de las células, algo que no había sido logrado nunca antes. Es un hito biotecnológico” dice el doctor Hauber.
Se deberían obtener células madre de la sangre del paciente y limpiarlas de los virus en el laboratorio. Estas células tratadas serían reintroducidas en el paciente y deberían regenerar su sistema inmune Por ahí van las investigaciones dice el Dr. Frank Buchholz.
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