Mariano Rajoy Brey faltó a la verdad ante todos los españoles, es decir mintió, el día que estuvo en el programa “Tengo una pregunta para usted señor Rajoy” y debe de ser desenmascarado. El no firmó el recurso de anticonstitucionalidad como afirmó y tampoco el recurso es solo contra la denominación de matrimonio y la adopción es contra la totalidad de la Ley.
Cuando el día 28 de septiembre de 2.005 fue presentado ante el Tribunal Constitucional el RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD contra la Ley 13/2005 de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (publicada en el Boletín Oficial del Estado núm. 157 correspondiente al día 2 de julio de 2005), por Ignacio Astarloa Huarte-Mendicoa comisionado por los 72 Diputados, que se relacionan en el cuadro a parte, por acuerdo previo de fecha 21 de septiembre de 2005, Joseph Ratzinger de la mano de ellos, entraba de pleno en nuestra democracia, para manipularla e instrumentalizarla. Pero ni Mariano Rajoy, ni Angel Acebes firmaron ese recurso, en contra de lo que afirman. Aclaro la situación y los hechos.
El 3 de junio de 2.003 se hizo público el documento titulado “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales” de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo Prefecto era Joseph Ratzinger, actual Benedicto XVI, y que tuvo entonces la aprobación de Karol Józef Wojtyła, conocido como Juan Pablo II.
En el mismo se exigía a los políticos católicos que se opusieran por todos los medios a la regulación de las uniones de personas homosexuales. Igualmente se pedía a los demás católicos que pusieran en marcha todos los mecanismos a su alcance, para impedir esta regulación.
Resulta extraño que, admitido a trámite, los magistrados del Tribunal Constitucional no hayan deducido testimonio e imputado a los 72 diputados por el presunto delito de injurias, discriminación e incitación a la discriminación por orientación sexual, con la agravante de homofobia, cuando, entre otras lindezas, afirman:
<<A mayor abundamiento, el Tribunal Constitucional ha dejado claro (Auto 446 de 11 de Julio de 1984) que no conculca los principios constitucionales de igualdad y de no discriminación (artº 9 y 14 CE) una legislación de la que se deriven efectos jurídicos diferentes para las relaciones heterosexuales y las homosexuales.
Así en dicho Auto (de 11 de julio de 1984) se dice “El principio de igualdad ante la Ley del artº 14 de la CE concede a todos los ciudadanos el derecho subjetivo a recibir un tratamiento idéntico en supuestos de hecho iguales a los otorgados a otras personas; pero en el caso de existir diferentes supuestos de hecho, es aceptable la desigualdad si resulta razonable y fundada…”
El Auto da respuesta a una demanda interpuesta por dos personas homosexuales que fueron condenadas en aplicación del artº 352 del Código de Justicia Militar por realizar actos deshonestos quienes alegaban que era discriminatorio y contrario al principio constitucional de igualdad tipificar como delito los actos realizados por personas del mismo sexo quedando impunes los actos realizados por personas de sexo opuesto.
El Tribunal sigue diciendo que “ …la indicada alegación para fundar la desigualdad discriminatoria, no compara en abstracto situaciones iguales, pues los actos deshonestos tipificados, realizados entre individuos del propio sexo no son asimilables ni comparables con las relaciones heterosexuales por lo que la prohibición de aquellas y la permisión de estas tiene razonable y bastante fundamento que no se puede desconocer , no siendo posible establecer entre estas situaciones una equiparación o similitud para que opere el artº 14 de la CE”>>
Cuando antes habían dicho los mencionados recurrentes en el mencionado recurso,
<<Pero no se recurre la Ley porque amplíe los derechos de los homosexuales ni porque se persiga establecer en nuestro Derecho un cauce institucional suficiente para encauzar su relación de pareja con plenos efectos jurídicos. Los propios recurrentes pertenecen a un Partido que ha incluido en su programa electoral las uniones civiles estables y que ha presentado una iniciativa legislativa para institucionalizar las uniones homosexuales con igualdad de derechos, y han contribuido a aquella ampliación en su trabajo como legisladores e impulsado abundantes reformas legales en materia civil, administrativa, sanitaria, social y penal para erradicar cualquier discriminación contra los personas homosexuales y para promover la plena igualdad jurídica y social de los mismos>>
En que quedamos, somos iguales o ¿se aplica principios jurídicos de un Código de Justicia Militar de la dictadura, derogado y por tanto dejado sin efectos el día 1 de enero de 1.986 por la Ley Orgánica 13/1985?
Es obvio que olvidan perversamente los recurrentes, para confundir al Tribunal Constitucional y a los españoles, que la Ley Orgánica 13/1985, de 9 de diciembre, de Código Penal Militar dice textualmente “queda derogado el tratado II Leyes Penales del Código de Justicia Militar de 17 de julio de 1945 en cuanto se refiere a las mismas, así como cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Ley Orgánica”. La manipulación para la injuria y el insulto es evidente. ¿No queda derogada la sentencia del Tribunal Constitucional y la jurisprudencia que genera? ¿Puede ser utilizada como argumento y objeto de insulto, injuria y descalificación al manifestar que realizamos actos deshonestos?
Lo que están intentando los recurrentes, todos pertenecientes o cercanos a la Prelatura del Opus Dei, los Legionarios de Cristo o Comunión y Liberación es volver a los escenarios que tuvo España en 1.936, donde se dio un golpe de estado contra un gobierno legítimo, el de la II República, y como consecuencia del cual, la Iglesia Católica gobernó durante más de 40 años, aunque nos haya costado más de medio millón de muertos en una cruenta y fratricida guerra civil, calificada como “Cruzada Nacional” por la Iglesia Católica.
Están poniendo sus personas físicas y por tanto jurídicas, a la voluntad del intolerante Joseph Ratzinger, que es la continuidad personificada del antisemitismo y la homofobia de la iglesia católica, que arranca en el siglo XIII y que perdura, con más dureza si cabe hoy en día. Lo homosexuales no debemos olvidar entre otras a la Inquisición o los exterminios en los campos de concentración o las redadas de “violetas”, organizadas al amparo de la Ley de Vagos y Maleantes o la Ley de Peligrosidad y Reinserción Social que gozó con el beneplácito del Vaticano.
Quizá deberíamos leer con profundidad el artículo publicado en El País el día 18 de octubre de 2.003 por el doctor Luis Rojas Marcos, titulado “Pánico Homosexual” y descubrir que algunos de los firmantes tienen “síntomas que incluye ansiedad, agitación, alucinaciones, fantasías persecutorias y comportamientos violentos. Este estado de terror a la homosexualidad tiende a afligir a personas de carácter suspicaz, que se sienten inseguras de su identidad sexual y han eludido a lo largo de su vida situaciones de intimidad física”.
Esto es lo grave, que entre los recurrentes, hay insignes “tapadas”, es decir, personas homosexuales, que renunciando a vivir públicamente su orientación sexual, por pánico y se convierten en los mas crueles perseguidores de sus iguales.
Es claro y notorio que José María Aznar sigue, a través de la FAES (Fundación para el análisis y los estudios sociales), dirigiendo la política del Partido Popular, pero lo que no nos debe de pasar desapercibido es que uno de sus patronos, Miguel Ángel Cortes, inspirador y creador del clan de Valladolid, fue públicamente apuntado como tapada por su ex esposa durante el proceso de separación de ambos. ¿Sigue Aznar, a través del clan de Valladolid y una ¿tapada? agrediendo a los homosexuales?
Hecho público el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, antiguo Tribunal del Santo Oficio, Joseph Ratzinger asume un papel similar a Osama bin Laden y todos los fanáticos católicos comienzan su peculiar “cruzada” con este documento, a modo de fatwa (فتوى), como instrucción para destruir a los homosexuales.
El brazo “armado” de la Iglesia Católica esta compuesto por tres organizaciones, a modo de células «yihadistas”, que si bien no son la imagen de la gran mayoría de los católicos, si hacen mucho ruido, destilan odio e incitan al mismo. Son la Prelatura Personal de la Santa Cruz y del Opus Dei, los Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación.
Si entendemos la homofobia como el “agente causal” de este odio, por miedo, a la homosexualidad, no debemos ser ajenos a los agentes transmisores de la misma.
En España, la Conferencia Episcopal es el principal agente propagador de esta homofobia. Convoca manifestaciones, utiliza medios de comunicación como la COPE, Libertad Digital, Grupo Intereconomía o apadrina asociaciones como el Foro de la Familia, Hazte Oír, la Concapa como principales agentes transmisores de esta epidemia.
Pero hagamos un poco de historia para comprender lo sucedido en la “pseudo democracia católico aznarista” que gobernó España desde 1.996 a 2.004 para comprender este grado de infiltración y manipulación.
España tuvo entonces como Fiscal General del Estado a Jesús Cardenal, numerario del Opus Dei. Como portavoz de la Comisión de Justicia a Andrés Ollero, también numerario del Opus Dei. Como ministro de Defensa a Federico Trillo Figueroa, con el subsecretario de Defensa Víctor Torre de Silva y López de Letona ambos igualmente del Opus Dei, así como el jefe de Estado Mayor de Defensa, Alfonso Pardo de Santallana del mismo grupo religioso. El director general de la Policía Juan Cotino, con el ministro del interior Jaime Mayor Oreja que también lo son.
Colocan como magistrado del Tribunal Supremo a Agustín Corrales Elizondo, también cercano al Opus Dei, que ya había demostrado su homofobia en 1.985 cuando era Teniente Coronel Jurídico de la Armada, con motivo de la aprobación de la Ley Orgánica 13/1985 y desprecio a nuestras Cortes Generales y por extensión a nuestra Constitución. Lo que no dice Trillo es que este nombramiento lo fue sustituyendo a un magistrado asesinado por ETA, José Francisco Querol Lombardero.
Otros ministros que pertenecen a la Prelatura y que formaron gobierno con Aznar son Isabel Tocino o Romay Becaria.
Pero en esta lucha entre bastidores hay que nombrar también alguna de las víctimas que quedaron en el camino. Una de ella era la Secretaria primera de la mesa de Congreso, la diputada María Bernarda Barrios “Nardi”. Ella salió llorando del Palacio de La Moncloa cuando propuso una solución similar a la emprendida a la Ley 13/2005. Andrés Ollero fue tan duro con ella y se sintió tan humillada, que renuncio, diciendo que esta harta del “pensamiento único”. Pero Aznar y su cónyuge la Sra. Botella, no les importo este machismo, ni esta humillación y no quisieron investigar.
No debemos olvidar en este cúmulo de destacados homófobos a Jaime Mayor Oreja, que cuando se votó en el Parlamento del País Vasco la Ley de Parejas con derecho a la adopción, comenzó una caza de brujas dentro del grupo popular vasco para saber quienes eran los diputados que habían votado a favor. La votación había sido secreta. Estos diputados no solo debían enfrentarse a ETA, sino también a la “purga” interna.
Pero hay algo que todavía Mariano Rajoy debe de aclarar y explicar. El mismo día en que Manuel Fraga me recibía oficialmente en el Palacio del Obradoiro, el entonces secretario de estado y hoy diputado, Jorge Fernández Díaz afirma en Becerril de la Sierra, en un encuentro de Nuevas Generaciones del Partido Popular con asociaciones juveniles de todas España, para perfilar el programa electoral del año 2.000, afirmaba que jamás se regularían las relaciones homosexuales, pues eran zoofilicas. Estas manifestaciones fueron realizadas ante el estupor de todos, estando presentes tanto el presidente nacional de Nuevas Generaciones Juanma Moreno como su secretaria nacional Sandra Moneo. No es de extrañar, Jorge Fernández Díaz es miembro del Opus Dei.
José Manuel Otero Novas, Emilio Recorder de Caso, Juan Antonio Gómez Angulo, Rogelio Baón, Juan Luis de la Vallina, Juan Ramón Calero, Juan José Lucas, Pablo Guardans, Joaquín Abril Martorell, Alberto de la Hera, María Concepción Dancausa, Pilar Pulgar, Francisco Gilet, Rosa Estarás, Gabriel Oliver, Manuel Milián, Vicente Martínez Pujalte, Pedro Agramunt, Eduardo Rodríguez Espinosa, Manuel Arqueros, Felipe Camisón, José María García Magallo, Carlos Robles Piquer, José Antonio Orza, Juan Piñeiro, Fernando Díez Moreno, Luis María Huete o Jesús Pedroche son otros destacados militantes del Partido Popular que son cercanos a Prelatura del Opus Dei o a los Legionarios de Cristo.
En el ámbito de la Justicia, además del fiscal general, Jesús Cardenal, están en la órbita del la Opus Dei los magistrados José Luis Requero, que es también vocal del Consejo General del Poder Judicial, Luis Román Puerta, Antonio Martí y Vicente Conde, y los fiscales Jesús Santos y Antonio del Moral.
Hay que explicar, que cuando uno de estos cargos jura o promete un cargo, lo hace en voz alta con la formula solicitada, pero realiza una restricción o reserva mental diciendo “excepto en lo que me pida el Papa”. Esta es la sutil y perversa forma mediante la cual la Iglesia Católica ha conseguido dirigir políticamente al Partido Popular.